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viernes, 5 de mayo de 2017

Entre tú y yo (parte 1)

Hacía un sol poco habitual en la las primaveras de Ginebra, por lo que Alice y Jane decidieron aprovechar el día libre para salir a dar una vuelta. Estaban tumbadas en la hierba  del Parc de la Grange, recibiendo el calor de aquel sol que por aquella época es cálido pero no abrasa, Jane estaba mirando al cielo y acariciando el pelo de Alice.

La mirada perdida de Jane, podría hacer pensar que en su mente tenía muchas cosas, pero tan sólo admiraba la belleza que aporta la naturaleza en el atardecer, parecía que el cielo estaba pintado con acuarela, primero había un fondo de azules degradados que pasaba de un azul noche oscuro e intenso hasta un azul tan claro que apenas se podría distinguir con la luz blanca y amarilla que aún desprendía el sol. Sobre aquella paleta de colores, se perfilaban tres o cuatro nubes, la más cercana a la noche era totalmente negra, los resquicios de que había llovido hace apenas unas horas, pero según se iba acercando al ocaso se reflejaba en ella la luz rojiza del sol, las otras nubes se asemejaban a esto último, excepto la una que brillaba en un amarillo intenso.

En ese momento Alice estaba totalmente callada, dado que para ella le valen más las acciones que las palabras y Jane le dijo que era una suerte poder estar con ella, poder compartir momentos así con ella era lo más importante, lo que realmente les hace felices.



Como ya estaba oscureciendo y en cuanto se iba el sol empezaba a refrescar decidieron emprender el viaje de vuelta a casa andando, podían ir en autobús, total la línea 1 les dejaba al lado del museo de historia natural y desde allí atravesando un par de calles se encontraba la casa de Alice, pero aún les queda tiempo para disfrutar juntas y que mejor manera de ir dando un paseo.

El paseo era como tantos otros, iban contándose sus preocupaciones de la vida diaria y riéndose de algún que otro chascarrillo, aunque Jane se extrañó de  que Alice le diera tan alegremente la mano y le dijo.

  • Qué raro si estamos al lado de tu casa y esto hace unos años era impensable, ya sabes que siempre puede estar por aquí algún conocido tuyo que le podría contar lo nuestro a tus padres.
  • Lo sé, pero ya estoy cansada de tener que escondernos, ya tenemos una edad y tarde o temprano lo tendrán que saber, quiero ser libre y poder demostrar lo que siento.
  • Ya sabes que a mí me da igual cariño, lo único que me preocupa es que tú seas feliz y te sientas cómoda.


Mientras paseaban por Rue de Villereuse a Jane se le ocurrió una idea, no encontró el momento de hacerlo mientras estaban en el parque y era ahora o nunca, asique le dijo a Alice que quería enseñarle una cosa del Museo de historia natural y anduvieron un rato por la extensión de hierba que le rodea hasta que llegaron a unas esculturas que parecían bolas del mundo plateadas que reflejaban la luz, apenas pasaban por allí unas pocas personas, al contrario que en donde estaban antes, por lo que era un sitio tranquilo y discreto.


  • Alguna vez te has parado a pensar lo mal que lo debe de estar pasando gente como nosotras en países donde no está aceptada nuestra relación o mejor dicho donde se condena a muerte a personas como nosotras.
  • Si, después de lo que estamos pasando aquí  en Suiza, un país donde no está muy bien visto, ni siquiera legalizado en matrimonio igualitario como tal, pero por lo menos los países europeos que nos rodean son más abiertos. Es difícil imaginarlo, pero aquí vivimos reprimidas, las personas nos miran mal y siempre hay comentarios…
  • Y si… ¿nos vamos a vivir aquí cariño?
  • ¿A Francia?
  • Si, allí se ve como algo más normal desde que en 2013, legalizaron el matrimonio… aunque bien es cierto que Bélgica fue de los primeros, mejor allí, estoy cansada de esconderme. ¿Porqué amar a alguien tiene que estar tan mal visto? Si no hacemos daño a nadie.
  • No sé, piensa en que dejamos muchas cosas atrás, que no es una decisión fácil que podamos tomar a la ligera, además no tenemos grandes ahorros precisamente para estar pensando en independizarnos.
  • A veces, hay que tirarse a la piscina Alice, como hice yo cuando te pedí que iniciáramos esta aventura juntas y sabes que yo tengo algo de dinero ahorrado para ello…

Entonces, Jane cogió del bolsillo de su chaqueta el anillo, que en ese momento quemaba de lo frío que estaba y pesaba como un bloque de hierro de la importancia que tenía para ella la respuesta que le diera Alice.
  • Quiero, que en este momento y por una vez en 6 años que llevamos juntas sin decir nada a tu familia, pienses en ti y en mí, en lo felices que hemos sido juntas en todos pocos momentos que hemos podido disfrutar a solas y que con solo esos pensamientos tomes una decisión.
  • Una decisión sobre ¿Qué? De verdad cada día estas peor.
  • Al sacar el anillo, Alice no se lo podía creer, hace unos meses Jane le dijo que lo iba a hacer, pero ella no se lo creía, no cabía en sí, no sabía que decisión tomar, para ella era la decisión más importante de su vida, casi era como decidir entre su gran y único amor y su familia, su hogar…
  •  Bufff en menudos líos me metes…
  • Ya tengo mirada una casita de campo en las afueras de Francia, muy cerca de aquí cariño, en Monnetier, es barata, necesita algunos arreglillos, pero nos podríamos apañar allí por un tiempo hasta que encontremos algún trabajo estable, tiene una tierra que podríamos trabajar…
  • Vale vale vale, dame unos días ¿sí? Ya sabes que para mí no es tan fácil, tú no tienes nada que te ate aquí…
  •  Como quieras mi vida yo sólo quiero hacerte feliz.

El resto del paseo hasta la casa de Alice, ya no fue lo mismo, estuvieron calladas todo el tiempo, sin apenas cruzar palabra y Jane sólo podía mirar al suelo pensativa. Se dieron un beso de despedida y Alice le dijo que mañana mismo tendría una respuesta, que sólo tenía que pensar qué, cómo y cuándo.

La esperanza es lo último que se pierde… y para Jane no era la primera vez que le pedía arriesgarse a Alice. Jane cogió el autobús de la línea 8 que le dejaba cerca del puerto, donde tendría que hacer transbordo para coger el de la línea 2 que le dejaba al lado de casa, cerca del río Arve, en la Rue du Vélodrome, después de una hora de trayecto.  Ya le faltaba poco para llegar a casa, pasando al lado de un pub italiano que hacía esquina y siempre estaba lleno de gente a esas horas, de repente se dio cuenta de que había un chico que se había montado en los dos mismos autobuses que ella y casualmente iba siguiéndola desde el otro lado de la acera, no era la primera vez que le pasaba y siempre confiaba en sus clases de defensa personal que llevaba cursando desde hace cinco años aunque actualmente estaba un poco oxidada.

Decidió callejear y dar un rodeo a trote ligero, se escondió un soportal que había al lado de una pizzería en la calle David-Dufour, el chico que iba detrás echó a correr también pero pasó de largo cuando llegó al portal en el que Jane estaba escondida, era peor de lo que ella se esperaba, ¿quién podría ir detrás de ella con tanto ahínco? Esperó un tiempo para poder salir y decidió emprender de nuevo el camino hacia casa, aprovechó para escribirle algo a Alice.
  •          ¿Cómo vas preciosa? Ya me queda poco para llegar a casa, cena bien y descansa mi vida. ;)

En lo que estaba mirando la pantalla del móvil, que le iluminaba la cara debido al escaso alumbramiento que había en la acera, Jane sintió que alguien la cogía por la espalda y le tapaba la boca con un pañuelo que olía horrible… estaba perdiendo el conocimiento mientras sentía como la metían en un sitio cerrado metálico, como una camioneta hasta que finalmente se quedó totalmente inconsciente.

martes, 14 de marzo de 2017

Spaguetti a la Marinera (4 personas)

Ingredientes

-300 g de spaguetti (75g por persona)
-900g/1kg de almejas congeladas con concha
-una cebolla grande
-2 dientes de ajo
-1 pimiento rojo
-2 tomates enteros pelados
-1 cucharadita y media de pimentón dulce
-Aceite
-Sal
-1 litro y medio de agua

¿Cómo prepararlo?

El primer paso será poner a cocer las almejas en un litro y medio de agua con sal, cuando empiece a hervir el agua con las almejas se dejará hirviendo entre 10 y 15 min.

Mientras, se procederá a picar la cebolla y los dientes de ajo, que se pondrán en una olla lo más llana posible con un fondo fino de aceite. Una vez se halla frito y se haya quedado la cebolla transparente, se echará el tomate y se dejará mezclar todo unos minutos para proceder a incorporar el pimentón con cuidado que no se queme porque amarga.



Cuando las almejas estén cocidas, se colará el agua para evitar que la arena que llevan acabe en el plato, posteriormente, se separarán las conchas de las almejas y estas últimas se volverán a incorporar al caldo de la cocción.

Una vez tengamos ambos procesos terminados, juntaremos el caldo con el sofrito y automáticamente incorporaremos los spaguetti que podéis elegir si los queréis largos o romperlos antes de incorporarlos al plato. Se dejará hervir a fuego lento para que la pasta no quede dura y pueda ir absorbiendo el caldo.

Una vez ya no quede prácticamente nada de caldo se echan especias al gusto, yo creo que unas especias que siempre le van bien a la pasta y más si lleva tomate son el orégano y la albaca, se mezcla todo bien y listo para servir.

Que aproveche!!!

sábado, 21 de enero de 2017

Inferno (Dan Brown)

Buenas, después de un año de parón bloguero, no voy a prometer lo que no se si voy a cumplir, me gustaría poder poner una entrada al mes en este blog, pero ya sabéis la vida da muchas vueltas y a veces para el poco tiempo que se tiene no se te ocurre nada que quieras o merezca la pena compartir.

De momento y como primera entrada del año, esperemos que no sea la última como el año pasado, os dedico una reseña sobre un libro.

Inferno de Dan Brown, publicado en 2013.

Leo constantemente, pero nunca había leído un libro de este autor a pesar del boom que tuvo con su novela El Código Da Vinci, pero vi que estrenaban la película de Inferno y me entró curiosidad.

Inferno está lleno de misterio, da la sensación de que el autor verdaderamente teje la trama desde el principio hasta el final, tiene grandes descripciones de ciudades como Florencia, Venecia y Estambul, museos, obras de arte… por lo que se nota la gran labor y estudio que ha llevado el autor para sumergirte como nadie en el marco en el que se desenvuelven los acontecimientos.



La trama te sorprende desde el principio hasta el final, es un libro que engancha verdaderamente, no es previsible y te hace pensar en todo momento tanto en la ficción como en los problemas del mundo real.


En resumen, es un libro que recomiendo, muy ameno, que no te dejará indiferente y que te animará a leer más publicaciones del mismo autor.